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Para ello pretendemos abordar el currículo con un sistema pedagógico respetuoso con los niños y niñas, que favorezca la educación integral y permita la adquisición de aprendizajes funcionales y de las competencias básicas.

Para llevarlo a cabo nos apoyamos en una premisa fundamental: partir del respeto y valorar la diversidad como vía para el enriquecimiento personal y colectivo, y apostamos por la cooperación entre los niños/as y los adultos/as como nuestra seña de identidad.

Principios metodológicos que dan forma a nuestro proyecto:

• Globalidad y funcionalidad

En la práctica diaria damos relevancia a todos y cada uno de los aspectos del desarrollo del niño y la niña para ofrecer una educación equilibrada de todos los ámbitos de desarrollo: físico, emocional, social y cognitivo.

Creemos que los contenidos que se desarrollan en el proyecto han de estar igual de relacionados entre sí como lo están en la vida diaria, solo así conseguiremos que tengan funcionalidad y sean significativos para los y las niñas.

• Educación inclusiva

Entendemos la diversidad como una característica intrínseca a todos los grupos humanos. Esta variabilidad natural la utilizamos como un elemento enriquecedor del grupo de niños y niñas, dando naturalidad a las diferencias mediante su conocimiento y respeto, así como estableciendo una serie de medidas ordinarias de carácter general que nos lleven a tener un proyecto educativo inclusivo en la que todos sus miembros se sientan parte de él porque está formado por todos y todas.

Uno de los principios principales se basan en brindar una educación integral capaz de preparar a sujetos autónomos y respetuosos con ellos mismos y con los demás.

Es necesario formar personas en todas sus dimensiones. De acuerdo con las palabras

de Rudolf Steiner, consideramos esencial trabajar sobre los tres “aspectos innatos” del ser humano: cuerpo, alma y espíritu, y con los tres centros del ser humano: intelectual, emocional y motriz. Desde ese aspecto, partimos de que el proyecto no puede centrarse solo en lo intelectual, sino que ha de ayudar a los y las niños en su desarrollo integral, trabajando con igual importancia el ámbito cognitivo, emocional y social.

Por un lado creemos que el acompañante o guía debe acercarse al aprendizaje de las y los niños desde todas las inteligencias, de forma que las oportunidades de alcanzar los conocimientos sean iguales para todos y todas. Pero, además, queremos que el niño o niña desarrolle todas sus inteligencias centrando su aprendizaje en aquello que especialmente le motiva y en lo que se siente más capaz.

De ese modo, las diferentes materias y áreas aparecen relacionadas y no como compartimientos estancos. La realidad no está parcelada. Este espacio tampoco debe estarlo. Además este proyecto defiende la educación inclusiva como el medio más efectivo de combatir las actitudes discriminatorias.

Junto a ello, ponemos mucha atención y energía en un acompañamiento respetuoso, que se ajuste a las necesidades auténticas de los y las niñas y que les ayude a resolver las posibles dificultades que surjan con las y los compañeros en el espacio.

•  Juego

El juego supone el recurso más enriquecedor y motivador para que los niños y niñas construyan sus aprendizajes, conozcan su realidad, exploren, ensayen, cometan errores, resuelvan problemas, superen retos, establezcan relaciones. Por esta razón, planteamos los procesos educativos, siempre que nos sea posible, de una manera lúdica.

A través del juego se desarrollan las bases del aprendizaje y los sentidos de confianza, seguridad y amistad en el ambiente del niño. El juego es divertido, se puede jugar solo o en grupo y sirve para practicar las destrezas aprendidas.

Los niños expresan y resuelven aspectos emocionales de las experiencias cotidianas a través del juego no estructurado.

• Método investigativo, activo, vivencial y experimental

Nuestra metodología se centra en la interacción del niño o niña con su entorno. A través de su relación directa con la realidad y el espacio que le rodea, sus compañeros y compañeras y los materiales, se consiguen dos objetivos fundamentales en el proceso de formación integral: despertar el interés y la motivación derivados de un conocimiento práctico, y ayudar a una efectiva asimilación de los conceptos.

Evitamos la transmisión de información de manera unidireccional adulto-niño, así como limitar la participación de niños y niñas a meros receptores pasivos del conocimiento. Esta falta de protagonismo en su propio proceso formativo tiene como consecuencia la falta de implicación y motivación del niño y la niña, que acaba considerando los contenidos como algo ajeno a su foco de interés.

Niños y niñas se convierten en investigadores, en el sentido más científico del término, y en gestores de su conocimiento. De esta manera, el papel del acompañante irá perdiendo protagonismo a medida que ellos vayan adquiriendo autonomía. Empezará guiando el proceso hasta conseguir despertar en la persona el interés por el aprendizaje, a la vez que le proporciona las herramientas necesarias para usar ese conocimiento de manera provechosa, enriquecedora y autónoma.

Proponemos una metodología basada en la reflexión, en el aprendizaje por proyectos y que requiera de la cooperación entre todos los miembros del espacio.

Estas actividades requieren una evaluación continua. Sabemos que no tienen cabida en un sistema educativo activo y dinámico, unos sistemas de evaluación rígidos y parcelados

temporalmente, cuyos resultados se justifican en base a unos objetivos cuestionables, subjetivos y que no respetan los procesos y ritmos de aprendizaje individuales.

Tan importante es evaluar los objetivos como evaluar el proceso que ha llevado a su consecución. También en las evaluaciones el niño y la niña debe tener un papel activo y protagonista. Solo reflexionando sobre nuestros propios mecanismos de aprendizaje y autoevaluándonos podemos ser conscientes de nuestras fortalezas y debilidades. La autoevaluación juega, por tanto, un papel central en el desarrollo integral de niñas y niños.

En esta educación activa y vivencial, tampoco tiene cabida el uso exclusivo de libros de texto que llegan a convertir los contenidos en algo cerrado e inamovible. Por eso fomentamos la creación de nuestro propio material didáctico, usamos material que implique la participación activa y práctica del niño y niña, así como el acceso a diversos recursos bibliográficos que se ajusten a sus necesidades e intereses auténticos.

Así mismo sentimos la necesidad de que el niño y la niña se posicione desde un sentido crítico ante la información que recibe; proporcionarle herramientas que le ayuden a diferenciar lo que es relevante de lo que no lo es; enseñarle a relacionar ese conocimiento con el ya adquirido y con el que está por llegar, y usarlo para crear sus propios contenidos y construir su propia identidad. Esta propuesta requiere una comunidad educativa involucrada y activa en su totalidad. Así, es necesaria la participación directa de las familias, no solo con su apoyo más allá del espacio pedagógico sino con su colaboración en diversos talleres y proyectos activos, reuniones o actividades comunitarias.

Los niños y niñas realizan continuamente acciones de ensayo-error, para ello ponen en juego distintas operaciones mentales que van desde la observación hasta la realización de una deducción, pasando por la exploración, el contraste, el establecimiento de hipótesis, el análisis, etc. De esta manera, al proponerles situaciones de aprendizaje que conllevan la solución de un problema, el proceso de actividad física y mental que tiene que realizar cada niño/a le lleva a la construcción de un aprendizaje más sólido, pudiéndolo generalizar a otras situaciones de su vida.

Este método parte de situaciones y materiales reales, que permiten explorar a través de todos los sentidos, y buscan, en todo momento, la funcionalidad de lo investigado y descubierto, porque todo debe tener un fin y un significado para cada niño/a.

The Casa de la luz curriculum provides a pedagogical system that respects children and favours a comprehensive education and the acquisition of functional learning and basic skills.

To carry it out, we rely on a fundamental premise: it is necessary to respect and to value diversity to achieve personal and collective enrichment. We promote respect and cooperation between children and adults as our hallmark.

Methodological principles that shape our project:

•     Globality and functionality

In daily practice, we place importance on each and every aspect of a child's development in order to provide a balanced education in all areas of development: physical, emotional, social and cognitive.
We believe that the contents that are developed in the project must be as related to each other as they are to everyday life, only in this way will they be functional and meaningful for children.

•  Inclusive education

We understand diversity as an intrinsic characteristic of all human groups. We use this natural variability as an enriching element of the group of boys and girls, giving naturalness to the differences through their knowledge and respect, as well as establishing a series of ordinary measures of general character that lead us to have an inclusive educational project in which all its members feel part of it because it is formed by all of them.

One of the main principles is based on providing an integral education capable of preparing autonomous and respectful subjects with themselves and with others.

It is necessary to train people in all their dimensions. According to the words

by Rudolf Steiner, we consider it essential to work on the three "innate aspects" of the human being: body, soul and spirit, and with the three centres of the human being: intellectual, emotional and motor. From this point of view, we start from the premise that the project cannot only focus on the intellectual, but must also help children in their integral development, working with equal importance in the cognitive, emotional and social fields.

On the one hand, we believe that the companion or guide should approach the learning of children from all intelligences, so that the opportunities to reach knowledge are equal for everyone. But, in addition, we want the child to develop all his or her intelligences by focusing learning on what motivates them and on what they feel most capable of.

In this way, the different subjects and areas appear related and not as watertight compartments. Reality is not parceled out. This space shouldn't be either. Furthermore, this project advocates inclusive education as the most effective means of combating discriminatory attitudes.
Together with this, we put a lot of attention and energy into a respectful accompaniment that is adjusted to the authentic needs of thechildren and that helps them to solve any possible difficulties that may arise with their companions in the space.

• Play

Play is the most enriching and motivating resource for children to build their learning, learn about their reality, explore, rehearse, make mistakes, solve problems, overcome challenges and establish relationships. For this reason, we approach educational processes, whenever possible, in a playful way.

Through play, the foundations of learning and the senses of trust, security and friendship in the child's environment are developed. The game is fun, can be played alone or in a group, and serves to practice the skills learned.

Children express and resolve emotional aspects of everyday experiences through unstructured play.

•      Investigative, active, experiential and experimental method

Our methodology focuses on the interaction of the child with his or her environment. Through their direct relationship with the reality and the space that surrounds them, their colleagues and materials, two fundamental objectives are achieved in the process of integral formation: to awaken the interest and motivation derived from practical knowledge, and to help an effective assimilation of the concepts.

We avoid the transmission of information in a unidirectional adult-to-child manner, as well as limiting the participation of children to mere passive recipients of knowledge. This lack of protagonism in their own training process results in the lack of involvement and motivation of the child, who ends up considering the contents as something alien to their focus of interest.

Boys and girls become researchers, in the most scientific sense of the term, and managers of their knowledge. In this way, the role of the companion will lose importance as they acquire autonomy. It will begin by guiding the process until it awakens the person's interest in learning, while providing him or her with the necessary tools to use that knowledge in a profitable, enriching and autonomous way.

We propose a methodology based on reflection, on learning by projects and that requires the cooperation of all the members of the space.

These activities require ongoing evaluation. We know that they have no place in an active and dynamic education system, rigid and fragmented assessment systems.

The results are justified on the basis of questionable, subjective objectives that do not respect individual learning processes and rhythms.

It is as important to evaluate the objectives as it is to evaluate the process that has led to their achievement. The child must also play an active and leading role in the evaluations. Only by reflecting on our own learning mechanisms and evaluating ourselves can we be aware of our strengths and weaknesses. Self-evaluation therefore plays a central role in the comprehensive development of children.

In this active and experiential education, there is also no place for the exclusive use of textbooks that turn the contents into something closed and immovable. That is why we encourage the creation of our own didactic material, using material that involves the active and practical participation of the child, as well as access to various bibliographic resources that fit their needs and authentic interests.

We also feel the need for the child to position himself/herself critically in front of the information he/she receives; to provide him/herself with tools that help to differentiate between what is relevant and what is not; to teach him/her to relate this knowledge to what has already been acquired and what is about to be acquired; and to use it to create his/her own contents and build his/her own identity. This proposal requires a fully involved and active educational community. Thus, the direct participation of families is necessary, not only with their support beyond the pedagogical space but also with their collaboration in various workshops and active projects, meetings or community activities.

The children continuously carry out trial-and-error actions, for this purpose they put into play different mental operations that go from observation to the realization of a deduction, passing through exploration, contrast, the establishment of hypotheses, analysis, etc. In this way, by proposing learning situations that involve the solution of a problem, the process of physical and mental activity that each child has to carry out leads to the construction of a more solid learning, being able to generalize it to other situations in his/her life.

This method starts from real situations and materials, which allow us to explore through all the senses, and seek, at all times, the functionality of the researched and discovered, because everything must have an end and a meaning for each child.